lunes, 1 de diciembre de 2008

Arqueoastronomìa

La presente definición de Arqueoastronomia permite definir la forma en que un astronomo se ubicaba a traves de las constelaciones.
La Arqueoastronomìa es una rama que permitio de cierta forma al astronomo antiguo a poderse ubicar durante un viaje nautico, ya que esta es el estudio de las diversas actividades astronómicas de los pueblos antiguos, desde los tiempos prehistóricos hasta las culturas avanzadas de Oriente Próximo y América Latina. Estos estudios suponen los esfuerzos conjuntos de astrónomos, arqueólogos, etnógrafos y otros científicos para interpretar el significado de los restos arquitectónicos e inscripciones impresas de contenido astronómico. Entre estos restos se encuentran desde pinturas y esculturas en piedra de los pueblos amerindios, y construcciones megalíticas más extensas como Stonehenge en Gran Bretaña, hasta los complejos calendarios desarrollados por los egipcios, los mayas y los aztecas.
Los vestigios de culturas de todo el mundo manifiestan su conexión con la regularidad de los movimientos del Sol, la Luna y las estrellas y con sus insólitos acontecimientos como la aparición en el cielo de una nova o un cometa. Además del simple hecho de que el cielo fue un tema dominante para las culturas de la antigüedad —un hecho oscurecido para los pueblos de las avanzadas civilizaciones modernas por el predominio de la luz artificial— la regularidad de los fenómenos celestes proporcionaban a las culturas de la antigüedad el mejor medio para ordenar su comprensión del mundo. Esto les permitía medir el paso del tiempo, predecir la repetición de acontecimientos propios de cada estación (esencial para la agricultura), intentar largas travesías en navegación, y desarrollar los calendarios que necesitaban para sus complejas sociedades.
La orientación hacia el cielo de las pirámides de Egipto y de diversos templos y construcciones de Oriente Próximo y Europa se estudiaron por primera vez de forma científica a finales del siglo XVIII y principios del XIX. Estos esfuerzos se intensificaron en gran medida con los trabajos del astrónomo inglés sir Joseph Norman Lockyer y de otros a finales del siglo XIX. Los estudios sobre Stonehenge y sobre primitivos megalitos similares han indicado claramente que estas construcciones se orientaron a acontecimientos celestes tales como el solsticio de verano. Los templos y otras construcciones se utilizaron también para marcar las fases de la Luna y la salida de ciertas estrellas brillantes como Sirio. En el Nuevo Mundo, las grandes figuras de piedra circulares, así como las obras realizadas por los constructores de túmulos, también se orientaron al solsticio de verano; las pinturas en piedra aparecen para representar fenómenos como el de la famosa supernova en 1054 d.C. (su remanente se conoce ahora como la nebulosa del Cangrejo).
Los métodos de las antiguas observaciones astronómicas variaban dependiendo de los lugares en donde se realizaran. Por ejemplo, en la regiones tropicales, como Oceanía, las direcciones para largos viajes por mar se inscribían en estructuras basadas en el sistema de coordenadas horizontal, en lugar de la eclíptica como en las zonas templadas. Solamente ahora se está reconociendo el grado de complejidad de esos sistemas antiguos.

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